La Reforma Constitucional en Materia de Energía aprobada por el Congreso Constituyente
Permanente y promulgada por el Presidente de la República permitirá dar un paso decidido
rumbo a la modernización del sector energético de nuestro país, sin privatizar a las empresas
públicas dedicadas a los hidrocarburos y a la electricidad . Al hacerlo, se propone mantener la
rectoría del Estado y ratificar que la propiedad de los hidrocarburos que se encuentran en el
subsuelo seguirá siendo de la Nación.
Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) serán dotados de
mayor autonomía y de un nuevo carácter como empresas productivas del Estado, 100% públicas
y 100% mexicanas.
Esta reforma surge del estudio y valoración de los elementos de las distintas iniciativas presentadas
por los partidos políticos representados en el Congreso. Estas propuestas fueron enriquecidas
gracias a una amplia discusión en los foros de expertos organizados por el Poder Legislativo,
por académicos y por especialistas en la materia.
La Reforma Energética busca los siguientes objetivos fundamentales:
- Mantener la propiedad de la Nación sobre los hidrocarburos que se encuentran en el subsuelo.
- Modernizar y fortalecer, sin privatizar, a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad como empresas productivas del Estado 100% mexicanas.
- Permitir que la Nación ejerza de manera exclusiva la planeación y control del sistema eléctrico nacional, en beneficio de un sistema competitivo que permita reducir los precios de la luz.
- Contar con un mayor abasto de energéticos a mejores precios.
- Garantizar estándares internacionales de eficiencia, transparencia y rendición de cuentas.
- Combatir de manera efectiva la corrupción en el sector energético.
- Fortalecer el ahorro de largo plazo a través de la creación del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo, en beneficio de las generaciones futuras.
- Impulsar el desarrollo con responsabilidad social y protegiendo al medio ambiente.
- Atraer inversión al sector energético mexicano para impulsar el desarrollo del país.
- Reducir los riesgos financieros, geológicos y ambientales en las actividades de exploración y extracción de petróleo y gas.
1. Bajar las tarifas eléctricas, bajar el precio del gas y bajar el precio de los alimentos.
2. Lograr tasas de restitución de reservas probadas de petróleo y gas superiores a 100%.
3. Aumentar la producción de petróleo de 2.5 millones de barriles diarios que se producen actualmente,
a 3 millones de barriles en 2018 y a 3.5 millones en 2025. Así como aumentar la
producción de gas natural de los 5 mil 700 millones de pies cúbicos diarios que se producen
actualmente, a 8 mil millones en 2018 y a 10 mil 400 millones en 2025.
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